La primera película cien por ciento tapatía llega por fin a la pantalla. Otro tipo de música estará en competencia en el XXIV Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en la sección de largometraje mexicano de ficción.
La historia gira alrededor de Jorge (Rubén Padilla), un joven a punto de terminar la licenciatura, amante de la música y sin mucha idea de hacia dónde va su vida. Él se siente atraído por Adriana (Marisol Padilla), la esposa de su vecino Joaquín (Carlos Hoeflich), un hombre maduro que busca desesperadamente a una olvidada cantante de música ranchera. Pero eventualmente se encuentra con Karina (Mely Ortega), y la acompaña en un viaje rumbo a Canadá que sigue paralelo al del matrimonio en crisis.
“Todos los actores y el equipo creativo son de aquí. Si no nacidos, están formados aquí, trabajan aquí, que es lo importante”, dice Sugey González, productora de la película junto con Antonio Arellano, ambos egresados de la UdeG.
El proyecto nació cuando José Gutiérrez Razura escribió el guión para titularse como parte de la primera generación de la maestría en Estudios cinematográficos. Se fue modificando luego con la asesoría de Carolina Rivera y la guionista española Lola Salvador, quien impartió un taller en la XXI edición del Festival. También el trabajo de dirección de este proyecto le correspondió a “Joe”, como es conocido en la Coordinación de Producción Audiovisual (CPA, antes DiPA), donde tiene más de 10 años de experiencia como director de cortometrajes, comerciales y programas de televisión, entre ellos la revista cultural La Brújula.
“Desde hace muchos años que en Guadalajara existen las condiciones tanto técnicas como humanas para hacer cine, pero se sigue trayendo gente de la Ciudad de México y no se le da oportunidad a las personas que están formadas aquí, que tienen talento”, explica el director. Según la productora Sugey González, lo más complicado fue lidiar con el prejuicio: “Nos decían que no nos arriesgáramos, pero para nosotros nunca fue un riesgo, sabemos que trabajamos con profesionales”. Y también, por supuesto, contra la burocracia.
Para José “también tiene que ver con la comodidad. Lo lógico es tener cerca a la gente con la que estás trabajando, poder ensayar, platicar… así el trabajo se hace mucho más práctico”. El rodaje y la primera etapa de la producción estuvieron totalmente financiados por la Universidad a través de Cine fusión. Para la postproducción y el cambio de formato (de HD a 35mm), contaron con el apoyo de FOPROCINE.
También la música, que funciona como elemento del cambio al que tendrán que llegar todos los personajes, es meramente local. De ella se encargaron Leo Marín, Sutra, y Troker.
El camino no acaba en aquí, por el contrario, el equipo espera encontrar en el Festival no sólo el gusto del público, sino potenciales distribuidores que lleven esta historia de gente normal a las pantallas comerciales.