Porno en México UNA HISTORIA "CALLADA"

Presentan libro sobre la producción de cine pornográfico desde 1910 en el país, que era muy casera y se consumía bajo redes de clandestinaje

El periodista y doctor en Historia del Arte por la UNAM, Juan Solís, analizó 29 películas pornográficas hechas entre los años de 1910 y 1930, y de las que da cuenta en el libro El cuerpo del delito/los delitos del cuerpo: la colección de cine pornográfico ‘callado’ de la Filmoteca de la UNAM.

“Hacer cine en porno en México data desde la década de 1910 y éste se configuró a partir de los deseos de los nuevos modelos de mexicanidad. Hay que ubicar al cine porno mexicano en los años 30, una década en que se acabó la Revolución y se comenzaba a institucionalizar. Fue así que se establece que la pareja prototípica es el charro y la china, y su baile el jarabe tapatío”, dijo el autor.

Es así como la pornografía se nutre de los imaginarios impuestos, dijo, que en el caso del cine nacional se materializó en la película Allá en el rancho grande, que tuvo su contraparte porno llamada Viaje de bodas, donde el charro y la china poblana tienen sexo.

“Mientras el Estado esté implantando un imaginario o estereotipo, la pornografía ya la está retomando. Y esa es una estrategia que sigue pasando en la actualidad: no pasan más de unos meses de que se estrena una película cuando ya existe una versión pornográfica, hoy circulan por internet pero en aquellos años circulaba por el medio más barato que era el cine de 16 milímetros. 

“El porno siempre será un ejercicio de poder en su relato, pues siempre utilizará a alguien que tiene el poder de poseer a alguien más: el patrón y la criada, el monje y la devota, el sacerdote y el confesante”, dijo.

Anaeli Ibarra, investigadora del ITESO, describió al libro como un trabajo “muy fino que permite entender el lugar de la producción de cine pornográfico en México, que era muy casera y que se consume bajo redes de clandestinaje”.

Indicó que desde el inicio de la industria el cuerpo de las mujeres era cosificado, a través de la gramática, “lo que hace el cine porno es enseñarnos a desear, eso hace la fantasía. 

“Estas historias son importantes porque forman parte de las fantasías sociales, como la violacion o las relaciones de poder, como el dueño y la sirvienta”, expresó.

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