“¿No saben lo peligroso que es levantarle el ego a un argentino?”, preguntó el caricaturista Ricardo Siri Liniers, y esbozó una sonrisa genuina. Y agregó que, de ahora en adelante, paseará por toda su casa con el premio de La Catrina 2019, galardón que le entregó la Universidad de Guadalajara (UdeG) durante las actividades del XVIII Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta (EICH), este sábado al mediodía.
Y es que, en verdad, recibir este galardón durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) lo llenó de tanto orgullo, que hasta duda de que sea merecedor de éste.
“Yo sabía de este premio que lo han recibido héroes personales. Para mí se lo han dado a George, Paul, John, Ringo y a mí, un Justin Bieber. Y por alguna razón dijeron: ‘Vení, Justin, te vamos a dar el premio’».
Estoy muy feliz y sorprendido”, agregó previamente en entrevista para La Gaceta UdeG.
Este ilustrador e historietista argentino, quien ha cautivado a miles con su tira cómica Macanudo, no aguantó la emoción y, durante la ceremonia, por un segundo hizo un gesto como si quisiera esconderse bajo la mesa del estrado del auditorio Juan Rulfo, como si todas las muestras de cariño y aplausos de los presentes lo desbordaran y, por un momento, deseara escapar.
Fue su sentido del humor tan relajado y su forma de hablar tan desenfadada, que hasta el Presidente de la FIL, licenciado Raúl Padilla López, respondió con varias sonrisas tras un discurso que no sobraba en chascarrillos, respecto a cómo fue que en su obra existe una calaverita en honor a la cultura mexicana.
“Yo dibujo un personaje que se llama ‘La Guadalupe’, que empecé a dibujar después de ir al museo del grabador José Guadalupe Posada (creador de La Catrina Garbancera), en Aguascalientes. Me decía a mí mismo: ‘¿Cómo no tengo una calaca, que son tan bonitas de dibujar? Y como era obvio el robo que hice, pues la nombré ‘La Guadalupe’ en su honor. Si uno va a robar, que sea con honestidad”, relató de forma hilarante.
Padilla López reconoció que Liniers es un gran artista, con una prolífica historia que trasciende los trazos para compaginar con otros artistas. Así es: Liniers comparte su arte con otros creadores porque asegura que “el arte funciona en sumatoria”; es así como ha dibujado durante los conciertos de su amigo Kevin Johansen o ha colaborado con su colega, el chileno Alberto Montt.
“Su personalidad, su sentido del humor y la manera en que retrata el mundo son el sello de su obra. Con más de 25 libros editados y un gran número de colaboraciones, es uno de los grandes representantes de la caricatura. Es un increíble historietista, ilustrador y editor”, externó el Presidente de la FIL.
El Rector del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), doctor Francisco Javier González Madariaga, dijo que el ilustrador tiene la capacidad de “tocar nuestra conciencia con frescura y desenfado”.
Esto lo ha logrado, porque, asegura el argentino, su labor es encontrar lo más optimista de la vida entre tanta noticia apabullante. “Mi esfuerzo es tratar de encontrar lo positivo. Es importante no perderlo de vista; si nos olvidamos del optimismo, nos entregamos a la depresión”, subrayó Liniers.
En ese sentido, reconoce que las manifestaciones sociales que se suscitan en América Latina también son eso: optimismo, pues lo que se busca es mejorar la realidad en la que vivimos.
“Hago un esfuerzo grande de ser optimista, pero no nos queda de otra, estoy consciente de lo mal que está el planeta en la mayoría de los sentidos, pero si nos entregamos a que todo es una porquería, nos perdimos, se acabó. La única manera de salir de los agujeros es con optimismo”, explicó en la entrevista.
Recordó que en 2002, cuando inició la tira de Macanudo, le significó una oportunidad de tener un espacio pequeño en el diario La Nación, para crear una ventana hacia aquello que pregona.
“Hago un esfuerzo para que, al final del diario, la persona que está metida en ese agujero sepa que hay cosas que valen la pena para salir a la calle y protestar. Soy tan optimista, que cuando muera quiero que diga en mi tumba: ‘Se murió el Optimista’”, compartió.
Entre el público, marionetas de los personajes de Liniers creadas por estudiantes del CUAAD asomaron la cabeza en repetidas ocasiones: Felini, Enriqueta, Madariaga, El Misterioso Hombre de Negro, Martincito y Olga, estuvieron en el auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, para felicitar a su autor por este reconocimiento.
Entre personajes, seguidores del artista y funcionarios de la FIL, esta premiación se grabó en la memoria de Liniers, quien agradeció el cariño recibido y los pretextos para regresar a México una vez más.