De las crayolas y los pinceles a los murales

Danna Ramírez es una pintora, muralista, dibujante y tatuadora de tan solo 20 años. Comenzó en el mundo del arte desde que estaba muy pequeña. Inició dibujando con colores, después de que su madre le regaló sus primeros pinceles y óleos.

Actualmente estudia la carrera de Ingeniería Industrial, pero su hobby siempre será el arte, ya que para ella es una forma de relajarse, ser ella misma y poder expresar lo que siente: «Si no puedo explicar lo que siento con palabras, sé que con un pincel voy a poder decir todo lo que me salga del corazón».

Sus principales obras son a carbón y a óleo, pero sus favoritas son los murales. «El dibujar algo en papel y de pronto pasarlo a un muro es una forma de hacer crecer una idea». Ha realizado murales en Puerto Vallarta, Tepatitlán, Poncitlán, entre otros lugares de Jalisco. 

Lo que ha inspirado a Danna a realizar cada uno de sus murales es el poder inmortalizar a mujeres. Mujeres que han hecho grandes cambios en la sociedad y en el feminismo. Su propósito es que quede marcado quienes fueron, porque «que no sepamos de ellas, no quiere decir que no existan».

Una de sus pinturas más destacadas se llama «Recuerdos construidos», la cual tiene una gran historia detrás. Se trata de una quinceañera con su tío que no podría asistir a la fiesta, porque falleció. Gracias a esta pintura ella tiene un recuerdo construido con él en este evento tan importante.

Danna tiene una personalidad muy peculiar, comparte que es una persona bastante extrovertida, le encanta bailar, no tiene miedo de expresarse, ser transparente con las personas, transmitir quien es, vestirse como le gusta y, sobre todo, es muy segura de sí misma. Una de sus metas es poder evolucionar en el mundo del tatuaje y tener un estudio.