Existe una deuda histórica con miembros de la diversidad. Sin embargo, poco a poco ha crecido la visibilidad de estas comunidades, señala académica de CUValles
Una de las piedras angulares para que la sociedad funcione es el respeto; éste es un derecho de cualquier persona y no debe estar condicionado por las características físicas de alguien ni por su forma de expresar su identidad de género.
Esta es la visión de Claudia María Ramos Santana, académica del Centro Universitario de los Valles (CUValles) e integrante del Comité Académico sobre las Violencias con Enfoque de Género, en el mismo campus.
Desde su punto de vista, existe una deuda histórica con miembros de la diversidad, sin embargo, poco a poco ha crecido la visibilidad de estas comunidades, quienes se han hecho un camino entre personas que no respetan las distintas manifestaciones y expresiones de género.
“Quizás que las personas asuman su expresión o su identidad de género y se sientan en libertad de hacerlo, ha motivado que más personas lo hagan”, consideró.
“Es necesario que las personas nos involucremos en conocer cuáles son estas realidades, y es indispensable que respetemos aunque no estemos de acuerdo«, agregó.
Aún falta trabajar para construir una sociedad que respete todas las identidades, no obstante, hay instituciones que han demostrado disposición para fomentar el diálogo y la educación entorno a estos temas.
“Podemos decir entonces que no estamos preparados porque, en efecto, estamos construyendo esa preparación, sin embargo, si no iniciamos a trabajar al respecto las instituciones vamos a estar menos preparadas y las personas por igual».
«Tenemos que ir formando una agenda y aceptar nuestra ignorancia, pero también con una disposición para ir estructurando las actividades que están pendientes”.
Ramos Santana mencionó que desde su experiencia, existe una mayor disposición y apertura en temas de diversidad y expresiones de género de parte de estudiantes jóvenes, aunque también ha crecido el interés de docentes por respetar y entender estos temas.
Para esta docente, el acompañamiento y el respeto pueden ser fundamentales para entender no sólo a las personas de la diversidad, sino también para cualquier otro ser humano.
“Para aquellas personas que tienen una dificultad en entender qué es esto, es sólo pedirles eso: respeto. Respetar y no hacer comentarios inadecuados, no ridicularizar a una persona que está intentando encontrar su identidad o aceptando su identidad. Respetar es suficiente, no pedimos mucho más”.