Pese a que en países anglosajones y de otras latitudes del planeta tienen en la mira la riqueza y diversidad cultural que hay en las naciones de América Latina, aún existen barreras que imposibilitan la movilidad e internacionalización de proyectos escénicos que se gestan en esta región o que buscan llegar aquí.
Sobre esos retos hablaron empresarios, artistas, gestores, programadores y profesionales relacionados con dicho rubro, en la mesa redonda “La traducción de los procesos de Latinoamérica para el mundo”, como parte del Congreso de la Sociedad Internacional para las Artes Escénicas (ISPA, por sus siglas en inglés), del que FIMPRO fue anfitrión en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, del 27 al 31 de mayo. Un evento congregó a los protagonistas de las artes escénicas a nivel mundial.
Quien moderó la mesa fue Raquel Araujo, directora del Teatro de la Rendija, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte; y quienes formaron parte de la conversación fueron el director de Programas de la Walton Family Foundation de Arkansas, Joe Randel; el promotor de espectáculos y fundador de la empresa Riot Artists, William (Bill) Smith y la empresaria e integrante de la Academia de las Artes Escénicas de España, Lucía Beviá.
Esta última, cuya trayectoria data más de dos décadas realizando giras de espectáculos escénicos, dijo que en México todo el tiempo se pueden hacer giras; sin embargo, se debe “conseguir que los teatros estén en red, pues si los teatros no pueden estar en red, entonces el que tiene que estarlo es el agente o la compañía; se debe tener una comunidad para saber a dónde se va a llevar el espectáculo después de las giras y estar seguro que se tendrá éxito”.
Indicó que también es necesario conocer los presupuestos desde un año y medio antes para que en los foros se hagan programaciones óptimas; porque actualmente eso resulta imposible, ya que los presupuestos son liberados en el último momento. Para esto, indicó, se necesitan políticas públicas aptas.
Recalcó que en México se puede hacer gira siempre, no así en el resto de Latinoamérica, donde sólo se logra llevar el espectáculo en una o dos ciudades como mucho; esto porque el traslado entre países implica procesos aduanales que llevan hasta una semana, así como costos altos.
“Esto que vive México se repite en Argentina y Brasil, donde sí se pueden hacer giras ‘a pie’, pero en el resto de las ciudades de Latinoamérica sólo se puede si no se trae carga, sólo viajar con maletas”, señaló Beviá, pues llevar los objetos de producción resulta complicado, agregó.
Bill Smith indicó que aunque la política antimigrante en Estados Unidos también afecta al mundo de las artes; en esta nación, actualmente se muestran abiertos a otras propuestas, incluidas las de América Latina.
“Hay mayor apertura para la música proveniente de otras culturas. Se está convirtiendo en algo muy aceptado. Incluso, muchos presentadores y empresarios se postulan en favor de artistas de países islámicos”, externó.
Joe Randel manifestó que actualmente los esfuerzos de los pioneros que impulsaron la internacionalización de las artes hace años están comenzando a dar frutos, sobre todo en festivales culturales y encuentros como ISPA.
“Sabemos que hay un alto nivel de talento en México en todas las disciplinas. Por eso debemos entender cómo se hacen esas giras internacionales y preguntarnos por qué no hay compañías sobresalientes de este país haciéndolas, y es porque no conocen los mecanismos para enfrentarlo como la cuestión de hacienda, entre otros temas”, mencionó.
A la conversación se fueron integrando asistentes a la mesa, quienes tomaron el micrófono para exponer problemáticas. Entre éstos se encontraban promotores y directores de foros en Bogotá, Nueva York, Hong Kong, entre otras.
Sus cuestionamientos fueron sobre las dificultades de concretar financiamientos, llevar talentos a sus teatros, definir los roles del programador de shows y los agentes artísticos.
El acuerdo unánime fue la consolidación de interlocutores, entre los que llevan las giras de presentaciones musicales, teatrales y artísticas, y las personas nativas de las ciudades donde esperan que se manifiesten las llamadas “artes vivas”.
