El homenaje que una treintena de artistas originarios de Oaxaca hace al legado cultural que dejó el pintor Rufino Tamayo, también fue motivo para recordar los proyectos que realizó Raúl Padilla López a lo largo de tres décadas en la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Este lunes, en el Centro Cultural Universitario (CCU) se inauguró la muestra Las sandías de Tamayo, que reúne 33 esculturas en forma de sandía que fueron intervenidas por pintores, entre los que destacan alumnos y alumnas del artista plástico oaxaqueño.
Durante la ceremonia de inauguración, en el lobby del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), el Rector General de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, se dijo conmovido de que en medio del luto que se vive en esta Casa de Estudio, tras el fallecimiento de Raúl Padilla, llegue una exhibición que mantiene el objetivo de la difusión cultural, como tanto buscó quien también fuera Rector General de 1989 a 1995.
“Estando hoy por primera vez en el CCU tenemos que hablar de él. Raúl Padilla era una mente colectiva, tenía la capacidad de escuchar muchísimas mentes, apropiarse de grandes ideas y lo más maravilloso, es que las hacía realidad”, explicó.
“Este centro cultural es producto de una mente colectiva. Si algo hizo fue tomar buenas decisiones, pero lo hizo siempre escuchando en mesas de trabajo. Esta anécdota es un pequeño homenaje a Raúl Padilla”, recalcó.
Nancy Mayagoitia, curadora de la muestra, añadió que Rufino Tamayo buscó cambiar vidas mediante el arte y la cultura, “como también lo hizo Raúl Padilla; ambos cumplieron muchos sueños”.
“Ustedes (en la UdeG) son las primeras personas en tener las sandías; esperamos que las adopten y sean el conducto para mostrar el arte contemporáneo que se produce en Oaxaca. Las y los 33 artistas que participan son la columna vertebral del arte en Oaxaca”, recalcó.
La directora de Relaciones Públicas, Promoción y Difusión del CCU, Ana Mendoza, expresó que la muestra en la UdeG se logró gracias a Benjamín Fernández, Director de Black Coffee Gallery y Presidente del Museo Internacional de Arte (Minart).
“Así como se logró este tributo a Tamayo, les aseguro que todo lo que aquí se haga será en homenaje al licenciado Raúl Padilla. Me comprometo a seguir promoviendo, desde el CCU, el arte y la cultura. Sólo con educación y cultura podemos ser una mejor sociedad y nación”, externó Mendoza.
Recordaron que Las sandías de Tamayo tuvo gran éxito en las calles de Oaxaca, con la presencia de decenas de miles de visitantes, por lo que esperan también lo sea en Jalisco.
La exposición podrá apreciarse del 17 de abril al 17 de octubre, en la Plaza Bicentenario del CCU, que es de acceso libre para toda persona, ubicada a espaldas de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola.
La influencia de Tamayo en las obras de sus alumnos
A dónde fuera que viajara, Rufino Tamayo se alimentaba de México; así lo decía cada que podía. El indigenismo mexicano, las constelaciones, los paisajes del Istmo, los juegos tradicionales, los perros, las sandías, el infinito, todo ello mostró en cientos de pinturas que lo llevaron a ser uno de los artistas más importantes en la historia del arte universal.
Todo ese talento lo volcó en enseñar y apoyar a nuevos creadores mediante proyectos como el taller que inició a finales de los 70 y que formó a prolíficos artistas oaxaqueños que hoy son herederos de sus ideales.
Dos de sus alumnos fueron Emiliano López Javier y Judith Ríos, de la primera y segunda generaciones del taller respectivamente, quienes intervinieron, cada uno, alguna de las sandías gigantes que hoy se exponen en la Plaza Bicentenario del CCU.
“Crecí con las loterías; lo que más me fascinaba eran los merolicos que echaban todo un choro para adivinar el personaje al que refería las cartas. Tras el taller tuve la inquietud de hacer yo mi lotería, entonces, cuando se presentó el proyecto, me encontré con esta idea como homenaje a nuestro maestro, donde utilicé mucho collage”, contó Judith Ríos sobre su sandía titulada La sandía ¡lotería!
“Es referente a Tamayo como familia. Lo que hice fue interpretar su jardín, pues era muy hogareño con su esposa Olga. Este tema lleva mucho la cuestión de la naturaleza. En el lado A de la sandía se muestra un perro ladrando a la luna”, expresó Emiliano López Javier, sobre su obra El jardín de Tamayo.
En ambos casos, los artistas optaron por utilizar tintas automotivas, que a decir de ellos fue un reto, con el fin de resistir al calor, la luz, la lluvia y la intemperie en general.
Las y los autores que intervinieron las esculturas son: Raúl Herrera, Arthur Miller, Vladimir Cora, Raúl Soruco, Gerardo de la Barrera, Abelardo López, Cecilio Sánchez, Felipe Morales, Román Llaguno, Emiliano López Javier, Judith Ríos, Miriam Ladrón de Guevara, María Rosa Astorga, Enrique Flores, Eddie Martínez, Jarol Moreno, Daniel Barraza, Guillermo Pons, Alberto Aragón, Siegrid Wiese, Rosendo Pinacho, Fernando Andriacci, Ixrael Montes, Ivonne Kennedy, Rolando Rojas, Saúl Castro, Carlomagno, Abraham Torres, Hugo Vélez, Josefa García y Virgilio Santaella.