Roberto López G.

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El pasado 29 de octubre, Roberto López González tomó protesta como nuevo secretario del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara, para el periodo 2009-2012.

El dirigente del STAUDEG es maestro en administración pública por la University of New Mexico, USA. Se ha desempeñado como profesor investigador, y en cargos como presidente de la sociedad de profesores de la Escuela de Agricultura de Autlán de Navarro (1988), y director de la Escuela Preparatoria Regional de San Martín Hidalgo (1998).

¿Qué significa para usted hacer sindicalismo?
Quienes participamos en política, de cualquier naturaleza, creemos que las asimetrías que existen en la vida social, nos obligan a transformar las instituciones, para buscar y alcanzar un mayor bienestar y mejores condiciones de trabajo.

¿Por qué decidió involucrarse en el sindicato?
Tiene que ver mucho con la satisfacción de poder hacer algo por los demás, pero también con la responsabilidad de dirigir un gremio tan importante y talentoso, y tratar de buscar que todos los maestros tengan las mejores condiciones de desarrollo académico, que les permitan obtener mejores condiciones económicas, y sobre todo un ámbito laboral más propicio para el desarrollo de sus habilidades.

¿Cuál es la situación laboral de los académicos de la Universidad de Guadalajara?
Hoy tenemos un contrato colectivo de trabajo, que le da al académico una mayor estabilidad profesional, mejor desarrollo profesional y mejores condiciones para tener acceso a niveles de preparación que en el pasado no se tenían. En esta organización, difícilmente se puede correr a un trabajador académico por capricho de un directivo. Existen apoyos para quienes deseen estudiar un posgrado y prestaciones salariales ligadas o no al salario. Es decir, ya no existe la discrecionalidad de la administración para obtener estos tipos de apoyos, sino que ahora por contrato los tenemos, los exigimos y hacemos valer nuestros derechos ante la instancia administrativa.

¿Qué falta?
Tenemos pendientes serios con los maestros de asignatura, que son temporales. Urge una convocatoria de definitividad. Tenemos grandes retos, como buscar una actualización general de categorías en la Universidad. Son más de 10 años que no hay una, y sabemos que es por falta de recursos, no de voluntad. Además, habrá una convocatoria para tiempos completos, medios tiempos, tanto técnicos, académicos, como profesores de carrera, para tener su definitividad, que no salía desde hace más de dos años.

¿Cuándo?
Este 9 de noviembre aparece en esta misma publicación.

¿Cuál es su plan de trabajo para este trienio?
Exigirle a la autoridad muchos programas para los académicos, que en el pasado existían y que hoy nos han sido negados. Hablo, por ejemplo, del Proesa, que permite a quienes estudian posgrados, actualizar su nombramiento académico, o del Pepsa, que transforma las cargas académicas de asignatura en las de profesores de carrera. Creo que en un país donde la educación pública no es prioridad para las políticas nacionales del gobierno, es cada día más difícil que podamos solventar nuestras justas demandas, pero no por ello vamos a dejar de pedirlas. Las vamos a argumentar y cuantificar y esperemos tener alguna respuesta.

¿Qué acciones llevará a cabo el sindicato para contrarrestar la disminución de los recursos de la Universidad, en particular por lo que respecta a los salarios de los académicos?
Primero, conservar lo que hasta ahorita hemos avanzado, tener un incremento salarial al menos igual al de la inflación; hacer entender al gobierno federal que gastar en educación es invertir y que lejos de reducir el presupuesto de las universidades públicas, deberá fortalecer e incrementarlo. Además, debemos encontrar fórmulas que nos permitan hacer que lo que el maestro reciba, le rinda más, a través de la generación de tiendas de autoconsumo. Buscaremos transformar el fondo de retiro, hacerlo más accesible a todos los académicos, para conformar una cooperativa de ahorro y préstamo, que permita a los académicos solventar sus necesidades inmediatas de recursos, mediante créditos blandos que no lastimen más su economía.

¿Cree poder solventar en este trienio las demandas e inquietudes principales de los académicos?
En estas breves propuestas que he expuesto, se encierra el mayor compromiso que tenemos con los académicos. Si logramos darle estabilidad laboral, si logramos en tres años un programa de actualización de categoría; si logramos seguir impulsando el estudio de posgrado y programas de estímulos, tanto para profesores de carrera como de asignatura, sin descuidar elevar los montos de los vales de despensa, mejorar el seguro de vida y otras prestaciones, creo que podremos satisfacer a las demandas más sentidas de los académicos.

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