Ramsés Ascencio González*
En México cada proceso electoral se convierte en el más grande de la historia electoral del país. En los últimos años, los procesos electorales han sufrido muchos cambios, históricamente hemos pasado de la hegemonía del PRI al bipartidismo (PRI-PAN) tanto a nivel estatal como nacional y, ante las malas gestiones de ambos gobiernos, el pueblo ha buscado otras alternativas, otros partidos, otros candidatos. Esto abrió paso a que existiera un poco más de pluralismo dentro de la política, permitiendo que fuera ésta más permeable.
Rumbo a las elecciones de junio, podemos preguntarnos si los cambios introducidos recientemente tanto por los mismos partidos como por la legislación en materia electoral, podrán dar vida a un escenario político diferente o si solamente se trata de la consueta «hambre» de votos.
Más partidos…
Durante las elecciones de 2015, en Jalisco las candidaturas de independientes tomaron fuerza, específicamente el caso de Kumamoto. También nacieron nuevos partidos como Morena, en 2014. Jalisco hoy cuenta con 13 partidos políticos (10 a nivel nacional y 3 a nivel estatal).
Diversidad de candidaturas…
Ahora nos encontramos con espacios políticos en los cuales se pueden incluir a más actores, sin embargo, aún en años pasados no se había logrado que la política fuera un espacio para todos y todas, seguía existiendo una gran desigualdad, desde la militancia hasta los puestos de elección popular los partidos no seleccionaban a las mujeres para que pudieran ocupar dichos cargos.
En México no ha existido una mujer presidenta de la República y tan sólo ha habido seis gobernadoras. En cuanto a presidentes municipales, los números eran un poco más favorables a la paridad, al igual que en los casos de diputaciones y senadurías. Ante estas desigualdades, los árbitros electorales comenzaron a trabajar en materia de paridad.
Se aprobaron leyes para obligar a los partidos a postular a más mujeres y, en el caso de Jalisco, en las zonas donde existan comunidades indígenas los partidos deberán postular a candidatos originarios de esos pueblos y culturas. Aunque esta ley es muy favorable, para los partidos fue un golpe duro, ya que al no tener militantes con los requisitos y experiencia que hora se solicita, la búsqueda de sus candidatos se complicó.
La política y la farándula…
Una gran sorpresa fue conocer los perfiles de los precandidatos, muchos de ellos pertenecientes al mundo de la farándula (actores, luchadores, cantantes y músicos, etc.) fruto de la nueva estrategia de los partidos.
La gran mayorías de ellos no cuenta con estudios ni experiencia en la política y la gestión pública, sin embargo, ante la desconfianza del pueblo a los partidos, el seleccionar a caras conocidas parece ser la repuesta para obtener credibilidad y recuperar la confianza.
Vemos a los partidos con hambre de votos, buscando mantener el registro.
Las campañas…
El pasado 4 de abril comenzaron las campañas y con ello pudimos conocer a los candidatos oficiales de los partidos (con excepción de algunos casos que actualmente se encuentran en Tribunal esperando una resolución).
Fueron varios los partidos que más allá de cumplir con la cuota de paridad, seleccionaron a mujeres para competir en zonas donde según datos de la dos últimas elecciones el partido que las postuló tiene muchas probabilidades de ganar. Esto se puede observar tanto en las candidaturas a diputaciones, senadurías, munícipes con su planilla y gobernaturas.
Otros partidos sólo cumplieron con sus cuotas o siguieron su estrategia de postular a famosos, sin embargo es claro que el panorama político ha cambiado: el sui géneris de Jalisco y sus votantes nos dará la respuesta el 6 de junio. Veremos si tanto las nuevas leyes electorales como las estrategias de los partidos lograran hacer cambios en las políticas públicas, en la democracia y sobre todo en la gran desigualdad de oportunidades existentes.
*Integrante del Observatorio Político Electoral
