Al expresar la sabiduría milenaria de su pueblo, que ha aprendido a convivir con los seres visibles e invisibles, humanos y no humanos de su territorio, el poemario Presagio lóbrego en lengua tsotsil, de la escritora Ruperta Bautista Vázquez, ganó la duodécima edición del Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA) 2024.
El poemario habla de la muerte, la natural y la causada por la violencia generalizada; en específico, las muertes de mujeres de Chiapas, estado originario de Ruperta Bautista, portadoras de conocimiento y sabiduría.
“Expresa el dolor, la sensación de orfandad, el desconsuelo, el abatimiento al ver cómo se va deshebrando la vida de quien se despide de este mundo. Este poemario está dedicado a la memoria de las mujeres madres que, aún sin llegar su tiempo, alguien cortó el hilo de su vida. Dedicado a todas aquellas mujeres que dejaron su legado en diferentes manifestaciones comunitarias”, expresó la ganadora.
Se trata de la quinta obra de Ruperta Bautista, quien destacó que en un país que discrimina a las mujeres, dedicarse a las áreas científicas o literarias representa un gran esfuerzo, más aún si se trata de mujeres de pueblos originarios.
“Sabemos que vivimos en un país discriminatorio, donde las mujeres somos las que más la sufrimos (la discriminación). Hay menos disposición y posibilidad de manifestar nuestras actividades literarias, científicas y de investigación. El que una mujer de un pueblo originario pueda hacer este tipo de actividades, representa un gran esfuerzo”, dijo.
El jurado estuvo integrado por Celerina Patricia Sánchez (mixteca), Liliana Ancalao (mapuzungún o mapuche) de Argentina y Angélica Ortiz López (wixárika), quien expresó que la obra de Ruperta Bautista sostiene la tensión poética de principio a fin, con el uso de variados recursos literarios.
“Da cuenta de la vitalidad de su lengua originaria tomando decisiones sobre la traducción de las palabras; recrea los elementos propios de su cultura y expresa la preocupación contemporánea por la muerte de las ancianas y los ancianos, que vulnera la continuidad de esa sabiduría”, dijo Ortiz López.
El Rector del Centro Universitario del Norte (CUNorte), Uriel Nuño Gutiérrez, celebró la continuidad de un premio en un mundo más globalizado, donde la homogeneización cultural amenaza con borrar las particularidades de los pueblos originarios.
“La difusión de la literatura en lenguas indígenas se erige como un acto esencial de resistencia y reivindicación. No se trata únicamente de preservar un conjunto de palabras o de frases, sino de mantener vivo un legado cultural, histórico y filosófico que ha sido transmitido de generación en generación a lo largo de siglos”, expresó.
La encargada de despacho de la Dirección General del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), Alma Rosa Espíndola Galicia, informó que fueron 47 las personas participantes en esta edición del PLIA, una muestra del trabajo creativo y del dominio del bilingüismo de los participantes.
“El PLIA pondera sin duda alguna el bilingüismo en lenguas indígenas y nos da cuenta del trabajo creativo en dos lenguas: la lengua originaria de las personas que participan y la lengua de convivencia del país”, explicó.
De los 47 trabajos participantes, 30 fueron de hombres y 17 de mujeres, de países como Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú, Guatemala, Colombia y México. Algunas lenguas participantes son: hñähñu (Hidalgo), tu’un savi (Oaxaca), náhuatl, maya (Guatemala), quechua (Perú), mapuzungún o mapuche (Argentina), misak (Colombia), kichwa (Ecuador), entre otras.
La entrega del PLIA será en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) el próximo 6 de diciembre. La ganadora recibirá un reconocimiento y un estímulo económico de 300 mil pesos.