Desarrollar la inteligencia emocional a través del autoconocimiento y la identificación de las emociones propias y de los otros, para movilizar los recursos que permitan resolver problemas en situaciones específicas y liberando así el potencial de cada persona, es uno de los objetivos del taller Las cinco heridas “Sanando mi niño interior”, que el Centro Universitario del Sur (CUSur) imparte a trabajadores académicos, administrativos y, a partir de este 4 de marzo, a estudiantes.
La coordinadora del taller y del programa Desarrollo de la Auto Orientación Emocional, Militza Rosas Chávez, expresó que todo surge después de cuestionar a los alumnos sobre su parte emocional, en lo que trabajaron a través de la Coordinación de Servicios Académicos, en colaboración con otros dos programas: el de Tutorías y Cusur incluyente.
«Detectamos que había estrés, ansiedad, falta de sueño, que eso estaba afectando su desarrollo académico y para brindar un apoyo, previo a este taller realizamos una serie de webinars que se llaman ‘Conociendo mis emociones‘, con el objetivo de informarles qué son las emociones, para qué sirven y por qué puede más la emoción que la razón».
Al darse cuenta que la pandemia generaba estas situaciones no sólo en los estudiantes, decidieron incluir a los académicos y trabajadores administrativos.
“Lo que buscamos es el desarrollo de competencias emocionales, el autoconocimiento, el desarrollo de la inteligencia emocional, la resiliencia, con el objetivo de que podamos transformar la forma de ver y sentir la vida, a veces la sentimos pesada y es difícil, pero conforme vamos trabajando estas técnicas, vamos ubicando las emociones en su justa dimensión».
«A veces miramos afuera y ayudamos a todo mundo a resolver lo que les pasa y nos dejamos en último lugar, eso genera situaciones emocionales que derivan en conflicto».
Explicó que este taller va a permitir a los participantes identificar algunos patrones de conducta o características que tienen al relacionarse con los demás, al hablar de estas heridas que se forman desde pequeños.
«Lo que hacemos es invitar a los participantes a que observen cuáles son sus conductas, sus patrones, ante qué reaccionan, de ahí nos vamos a la reflexión y terminamos en la comprensión».
«Si tenemos la situación clara podemos generar estrategias de solución para la situación que se nos está presentando».
«La penúltima de las siete sesiones aborda la comunicación no violenta, cómo podemos desarrollar estrategias para comunicarnos adecuadamente, sin dejar de expresar lo que estoy sintiendo y que la otra persona los reciba de la mejor manera».