Más allá de las obras geniales, siempre me han gustado quienes escriben una novela que tiene cierto éxito de público… y con esa base firme (en ocasiones, a pesar de ello) siguen en la búsqueda de otras historias, nuevos estilos, perspectivas renovadas en la práctica de la literatura.
Recuerdo el caso de Carlos Fuentes. Por años dejé de leerlo hasta que mi hermano me regaló en 2008 La voluntad y la fortuna. Fuentes tenía 80 años y me sorprendió. No era una novela extraordinaria, pero era un ejercicio de experimentación que valía la pena disfrutar.
Ahora quiero compartir una sorpresa más reciente. Hace tiempo leí que J. K. Rowling, la reconocida autora de la saga de Harry Potter y anexas (famosa por su riqueza y por ciertas opiniones cuestionables), estaba escribiendo novelas criminales. En su momento lo dejé pasar, pero permaneció en mi radar de lectura.
Hace un par de semanas encontré en una plataforma de streaming una serie de televisión protagonizada por un detective cuyo tono y personajes disfruté: Strike (2017-2022), creada por J. K. Rowling, Tom Edge y Ben Richards y producida por la BBC en Inglaterra; hoy incluso leo que fue aprobada una nueva temporada, dado su éxito.
Vi un par de temporadas y me familiaricé con Cormoran B. Strike, el detective malhumorado con una sola pierna; con Robin Ellacott, la otra investigadora de la agencia, intrépida y obcecada, así como con el ambiente gris, lluvioso, lleno de tensiones sociales y tramas ocultas de un Londres reciente y otros territorios del Reino Unido.
Lo que me ha atrapado es esa atmósfera old fashion, que se corresponde con una narrativa distinta a la de las novelas de acción habituales en un mundo multipantalla: no hay persecuciones en vehículos creando caos en la ciudad, los personajes no suelen ir armados y la solución de los casos no implica la salida fácil o cinematográfica de un tiroteo y cadáveres por doquier, mientras el héroe sale ileso.
En las novelas protagonizadas por Cormoran y Robin (desde El canto del cuco de 2013 hasta la última publicada en español, Sangre turbia de 2020, si bien ya apareció en 2022 la titulada The Ink Black Heart) el esquema es el tradicional de la novela enigma: un crimen cometido, un conjunto de pistas y sospechosos, un proceso arduo de investigación, perseverancia, deducciones y hallazgos que conducen al cabo a descubrir al culpable.
Para quien disfrute de tramas inteligentes que parten de personajes complejos, al filo de la crisis, sobrevivientes y bienintencionados, les recomiendo estas novelas. Eso sí, un aviso para navegantes: la primera novela tiene 544 páginas, pero la última, Sangre turbia, pasa de las mil 700. Esto significa una de dos cosas: o tenemos que tener una paciencia infinita o la historia (y los personajes que la protagonizan, siempre seguimos a los personajes carismáticos) nos tiene que atrapar sin remedio. Esos es cuestión de gustos, pero toda aventura literaria vale la pena.
Género: Policíaco.
Número de páginas: 1072.
Editorial: Salamandra, 2021.