Se estima que consumo de drogas aumentó durante la pandemia

El confinamiento y el encierro exacerbó patologías psicológicas y de adicción que normalmente impactan en un aumento de sustancias psicotrópicas e ilícitas

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A pesar de que no existen cifras exactas al respecto, se calcula un crecimiento exponencial en el consumo de drogas, así como de nuevos consumidores, derivado de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento, lo que representa grandes desafíos para el área de la salud.

La investigadora del Departamento de Neurociencias, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Aideé Guadalupe Uribe González, dijo que si antes de la pandemia se percibía un crecimiento de 30 por ciento en el consumo en diez años, sobre todo por niños, adolescentes y mujeres, ahora el porcentaje es mayor.

«La pandemia llevó al confinamiento y aislamiento a los enfermos que ya estaban en tratamiento o adicción, exacerbó su patología e incrementó los problemas de salud mental, ansiedad, depresión, lo que orilló el consumo de sustancias y el surgimiento de nuevos consumidores», informó.

Explicó que, aunado a esto, la pandemia dificultó la llegada de materia prima para la elaboración de las drogas y se comenzaron a inventar nuevas sustancias; en este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que hay más de 900 drogas nuevas, y más de la mitad desconocida, lo que generará un impacto más grave en la salud.

«Hay mucha vulnerabilidad alrededor de las adicciones, que son un tema discriminado por distintas razones históricas, estigmas, economía. A pesar de que ya tiene tiempo considerándose un problema de salud mental y salud pública, es de las últimas que quedan en la distribución del presupuesto, a pesar de su precariedad en infraestructura y programas de atención», señaló. 

Uribe González lamentó que, aunque desde hace más de diez años se conoce toda la patología de la enfermedad de las adiciones, cómo se desencadena, cuáles áreas cerebrales se involucran, qué se daña, se sigue manejando de manera descontextualizada y deficiente.

«No se aborda como una enfermedad integral que requiere la intervención multiprofesional; no se aborda como una enfermedad del cerebro, sino que se sigue tratando como si fuera un problema de voluntad, una decisión de la persona, y no es así, pues intervienen factores neurobiológicos, psicológicos, de salud mental y social», apuntó la especialista.

Precisó que, si antes el consumo de droga se daba a los 15 años, ahora ya se da a los 11 o 12 años, y dijo que el primer encuentro que tienen los jóvenes con las drogas es con el alcohol y el cigarro, que puede derivar en el consumo de marihuana, la más consumida del mundo y, posteriormente, sigue el consumo de otras.

Uribe González declaró que en el Occidente del país solamente existe un Centro de Atención Juvenil y cerca de dos mil centros de rehabilitación privados, cuyo servicio tiene un costo, además de que son clínicas no necesariamente atendidas por profesionales, sino por personas altruistas o religiosas que les conceden el permiso de operar siempre y cuando cumplan algunos requisitos.

«En el interior no se da el manejo integral y en equipo. La adicción es una disfunción cerebral que produce efectos y consecuencias en todos los entornos en la vida del ser humano, neurológico, neuropsicológico, emocional y conductual. En su atención deben incidir varios profesionales. Las personas en esta situación deben de buscar ese abordaje integral, donde participe el psiquiatra, el psicólogo y el trabajador social en equipo. Necesitamos capacitar y actualizar a los centros», expresó Uribe González.

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