Foto: Coordinación de Comunicación Social UdeG

En Jalisco la tasa de desempleo, comparada con la nacional, es baja; sin embargo, este hecho no es una señal de que se vive una buena situación laboral en la entidad, dijo Máximo Ernesto Jaramillo Molina, profesor del Departamento de Sociología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) e investigador sobre desigualdad.

“En muchos países, considerados potencias mundiales, el desempleo en el sector de la juventud es apoyado con seguros de desempleo, que les ayudan económicamente para encontrar algún empleo que sea indicado y bueno; sin embargo, en Jalisco y México eso no existe, por lo tanto, si un joven se queda sin trabajo, es obligado a encontrar otro que lo sustente económicamente, esto, sin importar lo mal que se encuentren las condiciones laborales”, comentó.

Se tiene la creencia de que la “falta de experiencia” es un factor crucial para que los empleadores no decidan contratar a los jóvenes, pero esto es sólo un mito y existen muchos otros puntos que hacen que la juventud no pueda acceder a un trabajo “digno”.

“Existen muchos factores para que los jóvenes no sean contratados y muchos coinciden con la desigualdad. Por ejemplo, el tener un mejor o mayor capital social puede ayudar a un pequeño grupo de personas a conseguir oportunidades más beneficiosas, ya que los trabajos ‘bien remunerados’ podrían estar concentrados en grupos específicos de personas”, añadió

Jaramillo Molina mencionó factores sociales como el pertenecer a algún grupo vulnerable, el ser mujer, el tener la piel más oscura, la universidad donde se estudió (si es pública o privada), etcétera, como un detonante importante a la hora de contratar o no a una persona. Desafortunadamente, en Jalisco estos casos de discriminación sólo pueden ser atendidos en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, puesto que no existen organismos que protejan a los trabajadores.

Décadas atrás existía también la creencia entre las personas sobre cómo el tener un título universitario te otorgaba la “oportunidad” de acceder a un empleo decente, pero las discusiones entre muchos de los jóvenes refieren que tener estudios universitarios no da la certeza de un futuro mejor. Sobre este tema, Jaramillo Molina comentó lo siguiente:

“Nuestros padres y abuelos crecieron con una creencia neoliberal unida al mito de la meritocracia, donde entre más te esfuerzas, más recibes, cuando se ha demostrado que no es así. Lo cierto es que los trabajos que puedes conseguir sin tener un título y los que sí, son similares en cuanto a salarios, y en lugar de que con el paso del tiempo ambos mejorarán, las buenas condiciones van bajando, empatando los empleos. De igual manera, existe desigualdad entre los universitarios, que normalmente puede estar ligada a la clase social y al círculo donde desempeñaron su conocimiento”.

Jaramillo Molina habló sobre su nuevo libro, titulado Pobres porque quieren, en el que aborda a profundidad los temas de desigualdad y pobreza; y aprovechó para recalcar lo siguiente:

En nuestra sociedad se tiene todavía muy arraigado el mito de la meritocracia, donde se habla de que las oportunidades están ahí y hay que conseguirlas con todo nuestro esfuerzo; sin embargo, es increíble notar que existen muy malos empleos para muchos y muy pocos empleos para unos cuantos, cuando esto no debería existir. Además, hay que tener en cuenta cómo en muchos países la brecha salarial entre el mayor y el menor salario es mínima, mientras que en México los mejores salarios rebasan por mucho el mínimo”, concluyó.

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