El 85 por ciento de los trastornos de sueño podría resolverse teniendo mejores hábitos, un entorno más saludable o haciendo cambios individuales, lo que además se vería reflejado en una mejor calidad de vida.
Así lo explicó Carlos Hidalgo Rasmussen, director del Centro de Investigación en Riesgos y Calidad de Vida (CIRCAV), del Centro Universitario del Sur (CUSur), quien agregó que una mala calidad de sueño influye en el rendimiento de las personas, en su percepción del día a día y en su salud.
“Hay una gama de fenómenos que tienen que ver con el sueño y aunque hay muchos trastornos que requieren una intervención profesional para ser resueltos, si analizamos sus causas encontraremos que un gran porcentaje de ellos, quizás 85 por ciento, pueden resolverse solamente ajustando sus hábitos”, declaró.
Hay factores que influyen en los problemas de sueño, dijo; por una parte, tendríamos las causas individuales, que pueden ser psicológicas, la relación con los otros; y las biológicas, donde hay una cantidad de problemas médicos que impiden dormir bien como dolores y enfermedades.
“También hay problemas psicológicos como la depresión y ansiedad; el abuso de ciertos fármacos y consumo de alcohol. Hay ciertas cosas que hacemos que influyen en el sueño como consumir mucha azúcar, alimentos ultra-procesados. Cuando uno duerme con alguien que ronca o le gusta ver la televisión hasta tarde, es posible que se fragmente su sueño o si se vive con rommies donde se desvelan; todo eso influye”, indicó.
En cuanto al entorno, Hidalgo Rasmussen recomendó contar con cortinas que impidan el paso de luz, invertir en un buen colchón de acuerdo con las características de la persona, utilizar una almohada y sábanas adecuadas.
“El sueño es igual de importante que la buena alimentación, e incluir actividad física, que es una manera natural de generar la necesidad de descanso. Haciendo conciencia de que en un grado muy elevado los problemas de sueño están bajo nuestro control, es un buen inicio para ir mejorando nuestros hábitos”, apuntó.
El especialista destacó que la función que tiene el sueño sobre el cerebro es de limpieza, ya que durante el día se va llenando de sustancias producto de la actividad que tiene y en la noche tiene mecanismos de limpieza de esas sustancias, por eso en la mañana nos sentimos más claros.