Las narraciones míticas de la cultura maya quiché, que se cuentan en el libro Popol Vuh, se corporalizan y adoptan movimiento para ser contadas en el espectáculo de danza butoh U Qux Cah, Corazón del cielo.
La obra, creada por la coreógrafa Sandra Soto, se presentará los días 20 y 21 de octubre, a las 20:30 horas, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas.
La danza butoh, que se originó en Japón a mediados del siglo XX en el contexto de la posguerra, se caracteriza por ejecuciones de movimientos corporales tan libres, que en consonancia con melodías oscilan entre el trance de un estado de no-mente y la protesta.
«La misma danza butoh permite un campo de investigación a través del cuerpo que tiene sus propios misterios y memoria; ésta incita al despertar de consciencia«.
«Por ejemplo, en un nuestra cultura (occidental) no estamos tan cercanos al tema ancestral. En esta ocasión nos inspiramos del Popol Vuh, que nos habla de la creación del universo«, contó la artista.
«Butoh es una subdisciplina de la danza contemporánea, que se alimenta del surrealismo, expresionismo, el jazz afroamericano y la literatura francesa, que son influencias que llegaron a Japón durante la posguerra».
«Es introspectiva, no convencional, siempre en un cuestionamiento de lo que hace la sociedad: sobre las capas y máscaras en el cuerpo. La idea es de rescatar el cuerpo original y abrirse al trance, el ritual, la percepción y energía, que hemos perdido porque estamos enfrascados en los dispositivos y pantallas», detalló.
Para la creación de U Qux Cah, Corazón del cielo, Sandra Soto se basó en varias partes del primer capítulo del libro maya: el cielo vacío, el germen del agua, los dioses que se hablan con el pensamiento, la oscuridad, la creación y el huracán de un solo pie.
«Eso se describe y se va transformando poéticamente a través de la danza butoh».
Este unipersonal cuenta con la música en vivo del creador Santiago Maisterra y una iluminación a cargo de Katsura Kan, quien ha trabajado en conciertos de David Bowie. El vestuario fue creado por las diseñadoras tapatías Julia y Renata.
Todo esto sumerge al público a la formación del Universo a través de la cosmovisión maya.
La obra ya se ha presentado en París y Kyoto, donde Sandra Soto ha encontrado opiniones diversas del público, pero que convergen con la visión de regresar al origen. «En eso coinciden la danza butoh (japonesa) y la cultura maya quiché», asegura la bailarina.
«Siempre estoy contenta de ejecutar la danza butoh porque siempre descubro algo nuevo, y siempre es diferente; pues aunque hay un guión estoy abierta a la improvisación y a recibir la energía del público, y se hace una especie de ritual donde todos participamos».
Al final de la función, Sandra realizará un dialogo porque se dice interesada en conocer las vivencias del público, al adentrarse en estas imágenes que se crean en la danza.
La obra está pensado para públicos adolescentes y adultos, pero indicó que no hay problema si acuden niñas y niños.