Tras subir cincuenta y dos escalones, se llega al último piso del Edificio de Investigación del Centro Universitario de los Lagos; y todavía es necesario caminar unos pasos más y atravesar el coloquialmente llamado “voladero” para llegar a la entrada del área de Modelado Molecular y Materiales.
En cuanto la puerta se abre, y mientras el aliento se recupera, el característico aroma a café recién hecho invade las fosas nasales, y se acentúa conforme se recorre el espacio. Al fondo, justo frente a las correderas de cristal que permiten ver la puesta del sol y el panorama de la ciudad, se encuentra el escritorio de uno de los pilares del área: el doctor Zuriel Natanael Cisneros García.
Saluda, y con una sonrisa el profesor investigador hace un ademán para invitar a sentarse y ajusta su silla unos centímetros para dedicar su total atención a quienes acuden a consultarlo. Observar cómo un estudiante que hace unos años se trasladó desde un pueblo de tan solo treinta mil habitantes para estudiar una licenciatura en CULagos, hoy en día se ha convertido en un pilar de la investigación científica universitaria, deja un sabor al mismo tiempo nostálgico y de admiración.
Hoy Zuriel es reconocido en el Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores. Su trabajo en modelado de materiales abarca más de ocho años de docencia, artículos en prestigiosas revistas científicas y participaciones en congresos nacionales e internacionales. Su trayectoria no solo se mide en números, sino en la pasión que le ha permitido guiar a estudiantes y colegas en este campo.
Siendo el menor de cuatro hermanos, Zuriel nació en Puruándiro, Michoacán, pero vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia en un pueblito de Jalisco llamado Zacoalco de Torres, que se cruza en diez minutos de lado a lado. Un rincón pintoresco, “capital mundial de los equipales”, donde guarda sus primeros recuerdos y el inicio de su vocación.
“Desde pequeño era muy curioso de cómo funcionaban las cosas –recuerda–. No necesariamente quería volverme un experto en su funcionamiento, pero al menos quería tener una idea de por qué un motorcito que giraba en un sentido podía hacer que un coche de juguete girara sus llantas en esa misma dirección. Obviamente eso hizo que desarmara dos o tres cosas que luego ya no podía armar de nuevo”.
Sin oportunidad de estudiar una carrera universitaria en Zacoalco, con el apoyo de su familia y su pasión por la química y la biología, tomó la decisión de hacer trámites en la UdeG para ingresar a la carrera de Químico Farmacéutico Biólogo en el CUCiénega, pero por falta de dos puntos, no pudo hacerlo.
Eso no impidió que intentara de nuevo, esta vez para Ingeniería Bioquímica, en el CULagos, donde no solamente consiguió el puntaje que necesitó en la primera ocasión, sino que lo superó con creces. Sin embargo, la oportunidad de estudiar también tuvo su lado agridulce: movilizarse a un lugar desconocido y dejar atrás a todos y todo lo que conocía. Lo que se volvió realidad en un frío día de finales de enero, cuando, acompañado por su padre y hermana, dió el primer paso para esa nueva etapa de su vida.
Adaptarse a la nueva ciudad representó desafíos hasta entonces desconocidos para él: como el bullicio propio de un lugar más grande, aprender las rutas de transporte público, encontrar los mejores lugares para rentar cerca del campus, y además lidiar con la soledad, todo eso mientras obtenía las herramientas para desempeñarse en el mundo por venir. Dentro de este proceso comenzó a conocer temas que forjaron al profesional que es hoy en día.
Entre clases y jornadas de estudio, comenzó a interesarse por las ciencias exactas y a enfrentar algunas perspectivas erróneas que tenía sobre el mundo de la investigación. “Yo no tenía idea de cómo se realizaba –explica Zuriel–, no conocía los centros de investigación y pensaba que los que se dedicaban a ello eran personas superdotadas que se encontraban aisladas en laboratorios y en el extranjero. No era como que tuviera claro que uno podría hacer algo así”.
Fue hasta que comenzó a tener clases con profesores investigadores que esta perspectiva cambió, abriendo un nuevo camino de posibilidades. Específicamente, cuenta cómo un curso de verano de Campo Electromagnético y Ondas, impartido por Jaime Gustavo Rodríguez Zavala –por siempre su mentor, pero ahora también colega de investigación y amigo– le abrió la puerta al área de modelado molecular.
A partir de ese momento, trazar el camino a seguir fue mucho más sencillo. Con un campo de investigación definido, Zuriel terminó la licenciatura y cursó la Maestría y el Doctorado en Ciencia y Tecnología con orientación en Nanomateriales y Materiales Avanzados. Además, ya intencionado a dedicarse a la investigación dentro de su alma máter, comenzó su trayectoria como docente en la Preparatoria Regional de Lagos de Moreno.
Ahora, catorce años después, aún se puede notar la emoción en su voz cuando habla de su trabajo, el cual lo incita todos los días a continuar aprendiendo. “Así como para alguien puede ser llamativo dedicarse a algo donde pueda plasmar su expresión artística, a mí me resultaba llamativo trabajar en algo que finalmente contribuya de la forma en la que fuera al conocimiento colectivo, a conocer más sobre temas que a mí me gustan”, puntualiza.
A las nuevas generaciones les recomienda que no se comparen con “realidades irreales” promovidas por las redes sociales y la cultura contemporánea. Resalta que la felicidad no es un estado constante de alegría, sino que incluye una variedad de emociones y circunstancias. Además, enfatiza la importancia de establecer objetivos personales realistas y ser pacientes en el proceso de desarrollo personal.
La conversación llega a su fin, acentuando ese inicial buen sabor de boca, de admiración, que se percibía en el aire a la par del aroma del café. Se termina la última taza, y finaliza:
“Nadie resuelve su vida en los primeros 25 años. La clave está en trabajar, esforzarse y ser buenas personas, lo que eventualmente llevará a una mejora en sus vidas”.
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Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor del medio oficial de comunicación de la Universidad de Guadalajara.