En los últimos días ha estado presente en los medios de comunicación un tema de gran preocupación para la Universidad de Guadalajara, que resumiría en tres puntos relevantes.
El primero de ellos resulta de la intempestiva información que el gobernador del estado de Jalisco a los medios de comunicación, donde anuncia que les serán retirados 140 millones de pesos al presupuesto universitario 2021, para re-direccionarlos a la construcción del Hospital Civil de Oriente.
Lo grave de este hecho es que se busca cancelar el avance de la construcción del Museo de Ciencias Ambientales, proyecto que encabeza la Universidad de Guadalajara, y que, con ello, se está atentando contra la autonomía de nuestra institución, al pretender modificar un Presupuesto de Ingresos y Egresos que tiene como base la aprobación del propio Congreso del Estado y, posteriormente, por el Consejo General Universitario, máximo órgano de gobierno de la Casa de Estudio.
Esto me lleva al segundo punto. El Artículo 3° Constitucional en su fracción VII garantiza a las universidades autónomas por ley que tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas, así como de administrar su patrimonio, atribución que se refrenda en el Artículo 2° de la Ley general de educación superior, recientemente aprobada.
Facultad que está siendo violentada por el ejecutivo estatal al pretender recortar el presupuesto universitario.
Conviene recordar que el 10 de diciembre de 2021 se aprobó por el Congreso del Estado el presupuesto de ingresos para la Universidad de Guadalajara, en el que se incluían los 140 millones de pesos para continuar con la construcción del Centro Cultural Universitario (Museo de Ciencias Ambientales) y, con base en ello, el Consejo General Universitario aprobó su Presupuesto de Ingresos y Egresos 2021. A partir de ese momento, el recurso contemplado en el presupuesto formó parte del patrimonio de la institución, por lo que de ninguna manera le podría ser recortado.
Como tercer punto, es necesario destacar la relevancia de un proyecto, el del Museo de Ciencias Ambientales. Una preocupación de gran relevancia que está ligada con la salud y la sobrevivencia, el cambio climático, es una situación impostergable que nos ha alcanzado, que genera pérdidas de vidas humanas y económicas.
La Organización Meteorológica Mundial señaló que durante el periodo de 1970 a 2019, perdieron la vida un millón 341 mil 668 personas por sequías, inundaciones, tormentas y temperaturas extremas. El costo económico durante este periodo ocasionado por tormentas e inundaciones fue de 636 mil millones de dólares. Aunado a este diagnóstico dicha Organización estima que en 20 años se espera que el calentamiento global alcance 1.5 oC, lo cual generará más olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas, se acortarán las frías, se alterará la distribución de las precipitaciones, lo cual provocará más inundaciones y sequías. Cabe mencionar que la temperatura media anual en 2020 superó en 1.2 oC los valores normales.
Una acción fundamental para modificar esta situación es educar a la población, y un excelente instrumento es un espacio formativo donde se conjuguen el conocimiento, la divulgación científica y el trabajo comunitario como lo es el Museo de Ciencias Ambientales.
Porque en el proceso educativo se incluye el cuidado de la salud, lo que fortalece la prevención de enfermedades. Ello no se contrapone a la necesidad de contar con un hospital, cuya función principal es atender a la curación de los padecimientos de la población y, particularmente, en el caso del Hospital Civil de Oriente, destinado a atender a la población económicamente más desfavorecida de la zona metropolitana de Guadalajara.
Por lo anterior, ante el falso debate que plantea el gobernador del estado, de elegir entre el museo y la educación, hay un engaño, porque esos 140 millones serán totalmente insuficientes para concluir el hospital, pero en cambio, impedirán concluir una obra que es fundamental para la educación, la investigación y el desarrollo de Jalisco. Por todo lo anterior
#vamos por los dos