«Imposible nada» y «juntos por la discapacidad», fueron los gritos que acompañaron a Aarón Reza Lozoya y Mario Quintero Ruiz en su participación en el Ultraman celebrado en República Dominicana, que consistió en recorrer 10 kilómetros nadando, 421 kilómetros en bicicleta y 84 de carrera pedestre.
Ambos atletas recibieron un reconocimiento por hacer un récord mundial al ser la primera pareja en terminar el Ultraman en esa distancia, pero el mayor premio fue mandar un mensaje de inclusión en el deporte como muestra de que se puede hacer lo que sea.
Aarón a causa de un accidente es cuadraplejico desde 2011 y Mario, egresado de la licenciatura en Cultura Fisica y Deportes de la Universidad de Guadalajara y fundador de Tridente Deporte Incluyente, es quien lo acompaña en las competencias.
Contra toda adversidad
La competencia no fue fácil, pues contratiempos, el frío, el calor, la lluvia, las cuestas demandantes e interminables, las bajadas a alta velocidad, el cansancio físico y en ocasiones mental, fueron algunos de los obstáculos que enfrentaron durante los tres días de competencias, pero que nunca fueron opción para que esta pareja se rindiera.
“Fue algo increíble todo lo que pasó, tuve problemas con el pasaporte, viajé un día después, llegué a arreglar todo en un día, ajustar bicicleta, carriola, tuvimos un ritual para purificarnos y que nos fuera bien en la competencia. Arrancamos el primer día en la natación y en los primeros 500 metros Aaron cae al agua, otros atletas pararon para ayudarnos a subirlo al kayak”, explicó Mario.
Al culminar la etapa de natación la prueba continuó con 141 kilómetros de ciclismo. En los primeros 20 kilómetros todo parecía fácil, después vinieron demandantes subidas, la carriola lo jalaba hacia atrás, en ocasiones tuvo que bajar y caminar, había subidas y bajadas, cayó una tormenta que provoco que en las bajadas patinaran como si fuera hielo, las piernas de Mario estaban completamente engarrotadas, con calambres por todo el esfuerzo que iba realizando y solo pensaba en qué iba a hacer al día siguiente. El recorrido del día terminó en 13 horas y media.
“Para el segundo día la prueba consistía en 280 kilómetros en bicicleta, era subidas y bajadas, entonces pensaba cuándo va a acabar esto, Aarón se empezó a sentir mal, yo también, parecía un golpe de calor por la temperatura infernal, a pesar de que nos estábamos hidratando y cuidando me sentía demasiado caliente. Hicimos una parada al baño y le dije que yo lo iba a llevar hasta la meta, porque ya estaba hasta la madre y quería llegar a descansar. Hicimos 14 horas con 50 minutos”.
Las salidas a competencia eran a las 5 de la mañana para el tercer día, y el reto eran 84 kilómetros corriendo. Mario se sentía mareado, la ruta incluía muchas subidas, bajadas pesadas, empezaron a agarrar ritmo, pero además del cansancio luchaba con el calor poniéndose agua y hielo en la cabeza para soportar y, tras 14 horas y media, culminaron la prueba.
“El objetivo era demostrar que una persona con discapacidad puede participar en eventos deportivos y dar ese mensaje de inclusión al mundo».
«Lo teníamos muy claro los dos, que lo que más importaba era dar ese mensaje, de que la gente se dé cuenta de que pueden sacar a las personas con discapacidad a que realicen otro tipo de actividades”.
Explicó que el futuro es prometedor, y hay que caminar lento pero sin pausa. Ahora la idea es competir en esa misma prueba con una amiga de Aarón en las mismas condiciones, el próximo año.
“Lo que le comento es que podemos ir despacio, primero hacer triatlón, después un Ironman y posteriormente el Ultraman. Este en un granito de arena que ponemos, un compromiso con la sociedad”.
Con esta prueba además se busca el récord Guinness para Aarón, como la primera persona cuadrapléjica en completar esta competencia.